Este 5 de abril de 2020, se esperaba un importante anuncio del presidente de la Republica Lic. Andrés Manuel López Obrador para atender los impactos económicos, políticos y sociales que arrastramos desde el año 2019 y que se han agravado por el COVID-19 en México.
En el marco de su informe trimestral se pensaba que el presidente convocaría a la unidad nacional, a la participación de todos los actores para cuidar los empleos y el patrimonio de la gente, sobre todo de la clase más desprotegida y las pequeñas y medianas empresas.
Con atención escuchamos que, en el caso de sector rural, se incorporarían 239,000 productores al programa sembrando vida y se apoyaría a 180,000 pescadores; enfatizó que se agiliza la entrega de los apoyos a los beneficiarios de producción para el bienestar y del programa de fertilizantes gratuitos que no serán para todo el país y la entrega de apoyos en los programas normales del gobierno federal.
El presidente enfatizó una serie de apoyos para los adultos mayores, niños con discapacidad y que el conjunto de beneficiarios de los programas sociales alcanzará la cifra de 22 millones de personas que constituyen el 95% de las familias pobres del país.
Creo que apoyar a las familias vulnerables es fundamental para generarles liquidez y puedan contar con recursos económicos que les permitan acceder a los elementos básicos para su alimentación y salud; sin embargo, se está dejando desprotegido un amplio sector de microempresas que generan de 1 a 100 empleos y que recibirán el impacto de la parálisis económica y que seguramente no resistirán la crisis transitoria.
Los agrónomos en estos momentos estamos dando la cara con los productores para seguir preparando las tierras e iniciar el ciclo primavera verano que se avecina, pero somos testigos de la disminución en la demanda de productos como jitomate, aguacate, mango, papaya y otros más que generan divisas y empleo en el campo; ello impactará en su economía directamente.
La cosecha de granos de otoño invierno alcanza precios arriba del precio de garantía, pero es por el deslizamiento del peso y no porque corresponda a una política pública. Los agrónomos esperábamos mejores acciones estratégicas del gobierno; esperábamos que no se subestimara el impacto económico del COVID-19 y no se sobreestimara la capacidad del presupuesto público; pero sobre todo esperábamos una convocatoria a la unidad nacional y un programa emergente económico.
Ing. Alfredo López Valdovinos
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