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El pasado viernes 29 de mayo, la Secretaría de Salud del Gobierno Federal, publicó en la edición vespertina del Diario Oficial de la Federación, el acuerdo por el que se establecen los lineamientos técnicos específicos para la reapertura de las actividades económicas e iniciar la nueva normalidad a partir del 01 de junio.

En dicho documento se describen las etapas que hemos vivido en términos de salud en esta pandemia desde el 27 de febrero de 2020 y que provocaron impactos en la parte económica y social de los mexicanos.

En esta etapa que hoy inicia, todas las empresas podrán reiniciar operaciones siempre que implementen lo establecido en los lineamientos y atiendan lo establecido en el semáforo de riesgo epidemiológico, por lo que no será necesario contar con una autorización previa. Para el caso de las empresas esenciales, éstas deberán llevar a cabo obligatoriamente su mecanismo de autoevaluación en línea. Para el caso de los centros de trabajo de los sectores de la construcción, minería y la referente a la fabricación de equipo de transporte que hubieran realizado su autoevaluación durante el periodo comprendido del 18 al 31 de mayo, y que cuenten con la aprobación del IMSS, no será necesario que realicen de nueva cuenta su autoevaluación.

En el campo la dinámica económica, social y de salud tiene otras dimensiones. Las actividades productivas no se detuvieron, aunque disminuyeron en algunos casos por falta de insumos, de mano de obra y de liquidez de los productores y sus pequeñas empresas. Los alimentos siguieron llegando a los mercados.

Los productores mantuvieron precauciones de distanciamiento, pero nunca dejaron de relacionarse socialmente con su comunidad, sus proveedores y sus clientes.

Ante la falta de pruebas de diagnóstico, optaron por atenderse con puntualidad ante el menor síntoma de problemas de salud, reduciéndose significativamente los niveles de contagio y fallecimiento en el sector.

La presión social para los enfermos y quienes los atienden, es una variable que no ha sido debidamente valorada por las autoridades, para atenderse oportunamente.

La seguridad es otra variable que no ha sido dimensionada por las autoridades de todos los niveles; mientras el gobierno cobra impuestos a quienes realizan actividades productivas y empresariales para otorgar apoyos en efectivo a través de sus programas sociales; algunos grupos cobran derecho de piso a los ganaderos, productores de hortalizas, granos y frutales, para entregar despensas y hacer préstamos personalizados a aquellos que requieren liquidez para continuar con sus actividades.

Falleció Salvador “EL Dulce”, como lo conocí hace ya varios años y que no soportó la presión social que ocasiona a quienes llegan a contraer la enfermedad. Acribillaron a Arturo Larios cuando ordeñaba sus vacas y trataba de ganarse la vida honestamente. 

A sus familiares y amigos, mis sinceras condolencias.

Así hay muchas historias; no hay a quien acudir en busca de ayuda.

Ing. Alfredo López Valdovinos

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